Siempre he pensado que cualquier evento, por más mínimo que sea siempre debe estar muy bien planeado y presentado hacia quienes vayan a disfrutarlo; por eso es que la entrada de hoy está dedicada a otra de las actividades que me gusta realizar: Organizar eventos.
Cabe aclarar que no hago negocio con esto de planear eventos y obviamente no soy una experta, así que, sólo ofrezco mi ayuda a familia y amigos (tal vez, debería de empezar a cobrar, si vieran lo caro que resulta contratar a una organizadora profesional ☺).
Además he de decir que en esto de la organización de eventos siempre trabajo con una de mis amigas de toda vida (quizá sea esa la razón de mi afición por ellos), ella es la parte creativa y la que se encarga de los detalles manuales como decoración, recuerditos, invitaciones, etc. En cambio, yo me encargo de la parte que es un poco más operacional como el número de invitados, el lugar (si es que hay que rentar uno), lo que se va a necesitar (sillas, mesas, lonas, etc). Aunque siempre lo hacemos de manera conjunta.
Hasta ahora, tenemos en nuestra cuenta, la organización de algunos Baby Shower’s, un Bautizo, unos XV años y hasta una Boda, quizá esté último, fue el evento más desafiante porque se trataba de la Boda de una de nuestras mejores amigas y la primera que se casaba. Si bien, nosotras no éramos las organizadoras principales, nos involucramos mucho en la planeación, así pasamos varios meses recorriendo salones de fiestas, viendo invitaciones, recuerdos, mesas de regalo, visitando tiendas de vestidos de novia, ideando arreglos florales, etc. El resultado: ella quedó muy feliz con su boda y obviamente nosotros más.
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