¿Mi vida en rosa?

Sean ustedes bienvenidos a este singular espacio!

Hoy no es viernes, día en que habitualmente escribo en el blog, pero como aparentemente no tengo nada que hacer (o al menos no lo recuerdo) me di a la tarea de tratar de escribir algunas líneas en este espacio. En esta ocasión les hablaré un poco acerca de mi color favorito y de otro que no lo es tanto.

Pues bien, todos los que me conocen saben que hay infinidad de colores que me gustan, sin embargo, los que me conocen un poco más, saben que en relación a los colores, hay dos cosas que me distinguen: la primera es mi profundo amor y locura por el color azul en todas sus tonalidades; y créanme que es un amor verdadero y hasta obsesivo, obviamente, la mayoría de mi guardarropa  y accesorios está inclinado hacia esa gama.

La segunda cosa es mi desagrado y casi odio al color rosa. Ese color siempre me había parecido bastante feo, ¿Por qué? a ciencia cierta no lo sé aunque mis argumentos siempre fueron que me parecía un tono sumamente llamativo y asquerosamente cursi, más aún, porque nunca entendí cómo es que todas las niñas idolatran esa tonalidad prácticamente desde que nacen ¿que empeño tienen de poseer absolutamente todo lo habido y por haber de ese color? Probablemente, el mismo que yo tengo con el  azul.

En fin, dije: “me había parecido feo”, porque recientemente lo he aceptado en mi vida,  no tengo idea porque, pero de un tiempo para acá ya no me parece tan feo, es más, ya  hasta en mi guardarropa está incluido. Aunque he de admitir que no lo he asimilado totalmente, tener al menos una prenda de ese color ya es bastante;  miren que anteriormente eso lo hubiera considerado como una traición a mis principios ☺.

Vislumbrando las vacaciones

Sí! Sólo una semana más y llegaran las gloriosas vacaciones de Semana Santa, si no me equivoco es el momento esperado por todo estudiante o al menos para mí sí lo es. ¿Por qué? simplemente y a mi parecer diré, que es porque representa el momento de descaso justo a mitad de semestre, lo que te da un respiro para emprender el último tramo del semestre.

Este corto pero importante periodo de descanso suele usarse para distintas cosas, menos para las que como estudiante habías planificado con anterioridad. En mi experiencia, nunca sé que sucederá en este tiempo. Por ejemplo: mi objetivo principal de cada Semana Santa es descansar y/o salir a más no poder, sin embargo, en muchas ocasiones hay entes malignos llamados profesores que te dejan miles de actividades para que no puedas gastar tu tiempo en el ocio y la vagancia por lo cual, mi objetivo no se cumple. Tristemente, esto es lo que ha sucedido en mis últimos periodos vacacionales.

En fin, a reserva de que mis planes no se vean forzados a cambiar espero salir mucho y descansar aún más durante este tiempo. He de confesar que eso es lo que me motiva  a seguir asistiendo a clases una semana más.

Si quieren entretenerse un rato ¡No lean este blog!

Creo que esta advertencia, debí haberla hecho hace mucho y así podría haber evitado el infortunio de algunas personas que se han visto forzadas a leer este espacio (¡saludos adjuntos!) pero ni modo, como diría una canción de la Arrolladora “ya es muy tarde, el mal ya está hecho”.

Como cada viernes, heme aquí,  desde luego,  como ya es costumbre, no tengo idea de que escribir motivo por el cual la entrada de hoy se me ocurre encaminarla a una (de las muchas) habilidades que me han sido negadas: la creatividad

Esta habilidad sin duda está relacionada con la de escribir, y decir que yo no la poseo, supongo que está demás, ya se habrán dado cuenta, y si no se han percatado, remítanse a las entradas anteriores y lo comprobaran.

Ustedes podrán decir, ¡esta mujer otra vez está exagerando! pero créanme que no, en verdad tengo un grave problema con la creatividad y desde luego con la escritura, mi problema llega a tal grado que no se  cómo logré cursar con éxito el jardín de niños, quien dijo que todos los niños a esa edad son creativos por naturaleza ¡está mintiendo! en esas épocas lejanas mi concepción de un dibujo no iba más allá de bolitas y palitos y créanme que al paso de los años no ha cambiado (tendré que mantener oculto el dibujo acerca de mi tesis).

En realidad, nunca me había importado mucho la carencia de esta habilidad, supongo que gracias a que mi mamá siempre me convencía diciendo “el hecho que de que no seas creativa, no significa que no tengas otros talentos” (ahora entiendo eso del amor ciego de las mamás por sus hijos) sin embargo, cuando tuve que enfrentarme a espacios como éste en el cual ésta habilidad se convierte en fundamental, realmente me di cuenta de la insuficiencia que tengo en esa parte y además me quedó muy claro que tengo bastante que hacer para ir desarrollándola.

Por ello, he emprendido la búsqueda de mi otro yo creativo, espero que algún día lo encuentre  o al menos conozca una receta que haga que mi mal se vaya erradicando ☺

Los números y yo: un binomio imperfecto

Siempre he sostenido que las matemáticas y todo lo relacionado con los números no es lo mío, de ahí que eligiera la carrera de Relaciones Internacionales para según yo, olvidarme de una vez por todas de tan odiada materia; sin embargo, al entrar a la Facultad me di cuenta de que no era así; lejos de que los números desparecieran cada semestre se hacían más presentes.

En fin, teniendo claro que no me libraría de ellos, tuve que hacerles frente semestre a semestre, así llegue “victoriosa” hasta sexto semestre, en ese periodo el rival a vencer fue Economía de México y vaya que fue un rival difícil, si bien, la primera clase no entendí absolutamente nada, clase con clase me propuse tratar de comprender al menos la mitad de todo lo que veíamos; sinceramente, me costó trabajo pero pude superarlo y pase la materia.

Estando consciente de que lo mío no son los números y después de haber pasado un gran sufrimiento en Economía de México (recuerden que me gusta dramatizar ☺) decidí que la rama que elegiría semestres adelante seria la económica (WTF! sé que lo pensaron y no fueron los únicos) porque me pareció que tenia las materias que sonaban más interesantes, así inicié una nueva aventura en el camino de los números, esta vez con Negocios Internacionales y aunque suene extraño, ha sido la mejor materia de la rama económica que he cursado, lejos de ver puras cuestiones con números, la clase fue practica y dinámica.

Con la buena experiencia que me dejó Negocios Internacionales, decidí continuar por el camino de los números y la economía y éste semestre inscribí la materia de Comercio Exterior y Finanzas Internacionales; la primera digamos que no presenta mucha complicación, empezando por que la maestra no exige mucho, en cambio, la segunda se ha convertido en la materia más complicada, lo mismo que me pasó con Economía de México, ahora se repite con Finanzas Internacionales: no entiendo nada.

Como dijo sabiamente Ana Gabriel en una de sus canciones: “Pero si yo ya sabía, que todo esto pasaría, ¿cómo diablos fui a caer?” pues ingenuamente pensé que tal vez con el paso de las clases esto se iba a convertir en algo mucho menos complicado para mi, aunque hasta el momento no está resultando tan claro como pensé, espero que con las clases que faltan poco a poco mis lagunas vayan desapareciendo o al menos vayan siendo más estrechas, pero, si ninguna de estas cosas funciona siempre podré recurrir “finanzas para principiantes”.

Una clase singular.

La entrada de hoy está dedicada mi clase de Asia Central, en principio se preguntarán ¿Quién toma una clase Asia Centra? Pues les diré que yo, la triste historia de cómo llegué ahí es que di de baja la materia que inicialmente había inscrito porque me pareció muy fumada, sin embargo, alguien me dijo que si hacia eso iba tener problemas con eso de los créditos obligatorios y optativos, cosa que ilusamente creí (aún te guardo rencor por eso Neri ☺) entonces tuve que inscribir una materia más.

El dilema era qué materia inscribir, obviamente no metería otra vez la que di de baja, así, mis posibilidades se redujeron a 2 opciones: Relaciones México, Estados Unidos y Canadá y Asia Central; la razón por la que elegí la última es que tenía algunas referencias del profesor de la primera materia y no quería tener clases extrañas (aun no sabía en lo que me metería).

Una vez inscrita la flamante clase de Asia, pensé que no podría estar tan mal, al final, ya había tomado Asía Pacífico hace algunos semestres y la experiencia no fue mala, en fin, la primera semana no tuvimos clase, por lo tanto no tenía idea de cómo iba a ser la dinámica.

Cuando por fin tuvimos clase, descubrí que la profesora, es el ser más extraño (como persona y dando clases) que he conocido hasta ahora ¿Por qué digo que es extraña? Les daré algunas razones:

1.    De entrada, siempre llega tarde, la razón, en palabras de ella es que tiene tan mala suerte que siempre sufre algún percance vehicular (embotellamiento, choque, etc) y que sólo por evitarlo no saldrá cada vez más temprano de su casa.

2.    Su idea de una clase perfecta es comentar la lectura que cada clase nos deja, el problema es que aunque te pide que hagas un comentario, siempre interrumpe antes de que termines o siquiera empieces a hablar.

3.    Relacionado con lo anterior, cuando pide que hables se pone frente a ti y te mira fijamente, no es que tenga algo de malo, pero si es muy intimidante (suena agresivo, pero para mí tiene mirada de psicópata ☺)

4.    Nunca se sabe lo que quiere que hagamos, ni en la clase ni de tarea o al menos no lo expresa claramente. Su idea de dejarnos actividades es decirnos “sería bueno que llevaran a cabo tal o cual cosa”, el dilema está en que nunca menciona de qué forma o para cuándo.

5.    Siempre comienza a hablar y hablar sobre un tema y en un momento determinado se desvía con otros temas que nada tienen que ver (su vida personal, las noticias que vio en la mañana, la política, las teorías de las relaciones internacionales, etc).

6.    Por cualquier cosa que hagas puede catalogarte, es decir, si en algún comentario mencionas datos económicos, ella siempre te recordará como el economista; si faltas una clase, da por sentado que no regresarás; si tienes un nombre árabe, asume que ya has estado en la meca; si interesa la india, seguro piensa que lo tuyo es el budismo y así con cualquier cosa.

Finalmente, creo que con todo esto se han podido hacer una idea de cómo es mi clase de Asia, sin embargo considero que no se acerca del todo a la verdadera esencia, tendrían que estar en ella para saber en verdad lo que és. Y he de confesarles que aunque la profesora es sumamente rara y la forma en la que da sus clases es inaudita, ¡Simplemente, me gusta porque nunca sabes que resultará!

Mi primera gran tarea.

La entrada de hoy está dedicada a lo que yo consideré la primera gran tarea que me encomendaron ésta semana en mi Servicio Social (SS).

Pues bien, como ya había comentado entradas antes, realizo mi SS en el Instituto Nacional de la Mujeres en la parte de Modelo de Equidad de Género (MEG) y con motivo del Día Internacional de la Mujer se organizó un evento que reunió a gobierno y empresas para discutir los avances del MEG, éste evento se llevó a cabo en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Ustedes podrán decir ¡Que bien! Pero ¿y? pues la parte interesante del asunto es que la mayoría de las personas que trabajan en el área del MEG requerían asistir al evento por lo que estarían ausentes los últimos 3 días de la semana y necesitaban que alguien, como se dice coloquialmente “atendiera el changarro” ahí es donde entro yo, mi jefa (Subdirectora del MEG) me pidió que me quedara al frente del área mientras los demás estaban ausentes, en palabras de ella “todo iba a ser muy sencillo” sólo tenía que ver que la otra chica que presta su Servicio Social “hiciera bien” el trabajo que le dejaron y contestar algunas llamadas. Cuando escuche lo que tenía que hacer pensé: “sólo tendré subordinados que cuidar (jaja ahora que lo reflexiono “subordinados” suena muy malévolo) y contestaré el teléfono, ¡Que sencillo!” pero no, créanme, al final no fue tan fácil como se escuchaba.

En fin, todo parecía marchar bien, cada quien hacia el trabajo encomendado y no había muchas llamadas que atender hasta que llegó el fatídico (ya saben que me gusta exagerar un poco) 8 de marzo día de la Mujer, ese día como la otra chica que hace su SS con nosotros no asistió me dispuse a ver el trabajo que estaba haciendo (sólo tenía que pasar información de una base de datos a otra base, nada del otro mundo), juro que cuando lo ví casi me da el infarto, la base que le entregaron en perfecto orden estaba hecha un caos, le faltaban datos, los que tenia estaban desordenados, había cambiado nombres, cifras, el orden ¡un horro! ¿Cómo pudo haber pasado eso en 2 días? Aún no lo sé.

No obstante, cuando me disponía a tratar de arreglar el pequeño desperfecto, el teléfono no dejó de sonar, miles de empresas (bueno no miles, pero si bastantes) llamaban para saber cómo integrarse al Modelo de Equidad de Género, justo en el día de la Mujer; era como cuando todo mundo quiere ir al cine el 14 de febrero o quiere salir a comer con su madre el 10 de mayo ¡estrés!.

Ya para no hacerla más larga (aún más) después de atender gran cantidad de llamadas, tomar bastantes recados y solucionar el problema del “magnifico” trabajo de la otra chica terminó mi semana en el Instituto.  Ahora sólo me queda que evalúen mi trabajo. ☺

¡Somos más que un sólo día!

Como todos sabemos y si no, los medios se han encargado de difundir, hoy 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, si bien es cierto que éste día es importante ya que se “celebra” a las mujeres y se les reconoce como parte importante de la sociedad, desde mi punto de vista se queda en eso, un día más.

Este día podría ser comparado con el 14 de febrero o el 10 de mayo, ¿por qué? Simplemente porque en esas fechas también se “reconoce” algo; el 14 de febrero celebramos y reconocemos al amor y a la amistad, el 10 de mayo celebramos a las mujeres más importantes: las madres; sin embargo, y sin demeritar esas fechas, el amor, la amistad y las mujeres son más que un sólo día.

El amor no lo damos únicamente un día, no brindamos nuestra amistad una sola vez al año y mucho menos las mujeres dejamos de trabajar, luchar, soñar, existir,  más allá del 8 de marzo.

Sería bueno que día a día tuviéramos presente todo lo que las mujeres representamos en la sociedad y en todo lo que hacemos en nuestro entorno desde la madre más abnegada que no hace otra cosa más que procurar a su familia, la activista más férrea que lucha por la igualdad de los derechos y hasta la profesionista más dedicada que se esfuerza en hacer lo mejor posible su trabajo; en fin cada una de nosotras merece ser reconocida a diario por su sola presencia.

No me queda mas que decir: ¡Felicidades a todas las mujeres del mundo mundial! No sólo por serlo, sino por las que con orgullo lo demuestran en cada acción que realizan.

¡Bendito Sexo Débil!

PD: Felicidades también a los hombres que saben valorar a una mujer y se lo demuestran ☺



¡Algún Día!

Sí, algún día podré terminar todos mis deberes y entregar todas mis tareas en tiempo y forma. Y es que, como es costumbre (una muy mala por cierto) cada viernes tengo el firme propósito de hacer toda mi tarea el sábado para así tener el magnífico día domingo libre para hacer lo que se me venga en gana, pero lamentablemente la mayoría de las veces, se queda en eso, un propósito.

Por alguna extraña razón (en realidad, no es extraña, siempre he preferido hacer cualquier cosa antes que la tarea) siempre encuentro cosas “más importantes” (bueno unas más que otras) que realizar mis deberes.

Por ejemplo, este fin de semana juré que nada ni nadie se interpondría entre mi tareas y yo, pero recordé que el sábado sería el Baby Shower de una de mis mejores amigas, y obviamente no podía darme el lujo de faltar, la he acompañado en todo ese proceso y he sido testigo de todo lo que ha pasado (bueno no en todo, al momento de la procreación no, eso sería muy enfermo ☺) en fin, decidí pasar todo mi día en su singular festejo, cuando llegué a mi casa pensé en hacer algo de tarea, pero consideré que estaría mejor que descansara para que hoy domingo, estuviera fresquecita y dispuesta a hacer mis deberes.

Sin embargo, cuando me disponía a comenzar con mis tareas pendientes, recibí la noticia que era día de comida familiar y pues ni modo de no ir, dicen por ahí que “la familia es primero” y una invitación a comer nunca debe rechazarse.

Así es como de nuevo encontré un motivo para seguir posponiendo todo el trabajo que tengo, razón por la cual hasta ahora escribo en este espacio y por supuesto ya pasó otro fin de semana y no hice tarea.

Espero correr con más suerte o mejor dicho con mayor dedicación el próximo fin de semana.

¡Mi Servicio Social!

¡Por fin encontré un lugar donde hacer mi Servicio Social!

Parece que al fin he superado algunas de las dificultades para realizar un trámite administrativo de la Facultad, por ello, en esta entrada les contaré un poco sobre  dónde estoy realizando mi Servicio Social.

Pues bien, llevo una semana realizándolo en el Instituto Nacional de las Mujeres (y no, no recibo quejas ni aliento a grupos feministas, como alguien llegó a suponer, por cierto ¡saludos Neri! ☺) en la Dirección del Modelo de Equidad de Género y vinculación empresarial.

Para que entiendan un poco de lo que se maneja en ésta Dirección les esbozaré brevemente qué es Modelo de Equidad de Género y a qué se dedica.

 El Modelo de Equidad de Género (MEG) es básicamente un programa de asesorías y algunas veces de apoyo económico, cuya estrategia se centra en crear políticas que mejoren las condiciones laborales de las mujeres en sus centros de trabajo así como estrategias para tratar de disminuir la inequidad de género.

La parte de la vinculación empresarial se incluye ya que éste modelo está esencialmente dirigida a empresas de cualquier tipo (privadas, públicas, asociaciones, etc.) que quieran entrar al programa para implementar dicho Modelo y posteriormente obtener la certificación  MEG, por medio de auditorías donde se evalúa su progreso en dichas políticas.

En el poco tiempo que he estado ayudando en ese lugar, me di cuenta de que el chiste de implementar este programa en las empresas, es que en todo el proceso existe un juego de ganar-ganar, por un lado, al momento de que las empresas se adhieren al programa y logran su certificación, obtienen el reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional por “su preocupación por la parte social” y por lo tanto se vuelven más rentables y para el caso del Instituto, gracias a la participación de las empresas, se avanza cada vez más hacia la erradicación de la inequidad de género.

En fin, aunque en esta semana me he estado familiarizando con las actividades que se realizan, éstas me parecieron sumamente interesantes porque es una parte que nunca había explorado y que seguramente me dejara mucho aprendizaje sobre el tema, ya les iré platicando que otras cosas se llevan a cabo dentro de este espacio.