domingo, 6 de noviembre de 2011

La diferencia entre desvelarse por obligación y desvelarse por gusto.

Y es que en verdad existe una gran diferencia entre desvelarte por obligación cuando tienes miles de trabajos y tareas que entregar (justamente como se vislumbra ya el final de semestre muchos de nosotros emperezaremos a desvelarnos para tratar de cumplir con las tareas) y desvelarte por mero gusto como por estar viendo películas, leyendo un libro, yendo a una fiesta, etc.
En fin, la entrada de hoy está dedicada a una de esas desveladas por gusto. El motivo fue la celebración del cumpleaños de una de mis amiga y su gemela, ya saben con una pequeña reunión como las que suelen hacer los universitarios, con música, comida (por cierto muy rica por ser de la que ella llama su ciudad natal), alcohol (obviamente con medida jajjaaja) y sobre todo con un buen ambiente.
Pues bien, para hacer un justo y merecido reconocimiento a su cumpleaños, el festejo se prolongó hasta el amanecer entre música, plática y desfiguros de la gente, aunque en el transcurso de la madrugada el sueño venció a algunos.
En fin, ese es el tipo de desveladas por la que estás dispuesto a soportar los malestares del día siguiente; el sólo hecho de haber pasado un rato sumamente agradable en compañía de tus amigos, hace que la falta de sueño y la carga de trabajo valga la pena.
Finalmenete quiero advertirles que si encuentran una falta de coherencia en esta entrada, es consecuencia de una gran falta de sueño. Esperemos que la próxima entrada este más decente. Prometo redactarla en mis cinco sentidos.

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